jueves, 4 de noviembre de 2010

CONFUSIÓN

Las palmeras se confunden con tu pelo.

El río se confunde con tu orina que cae sobre mi pecho y huele a alcohol y a laboratorios de farmacia.

El muro se confunde con tu corazón, duro, viejo, gastado, roido. La japonesa se apoya en el con su espalda rosa, las flores salen rápidamente de sus poros inertes y con sus flores, la rodean hasta asfixiarla y la convierten por la falta de oxígeno en estadounidense, ambas trabajan juntas para evitar que construyan la bomba atómica.

El puente se confunde con tu columna torcida, partida y que asoma brillante bajo la piel sudada tras lanzarme contra la pared, varias veces con la polla tiesa para hacer que me sangre por dentro.

El arbusto se confunde con tu alma seca, no tiene hojas, no tiene savia, solo tiene olvido, sólo tiene rencor que le hace arder con dulzura.

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