Desde tiempos inmemorables la mujer ha estado predestina a limpiar, ese verbo esta íntimamente ligado al sexo femenino. Según los últimos estudios genéticos, los genes de la mujer están predispuestos a realizar estas acciones. La cadena de adn ha ido transmitiendo esta información innata en su cadena y ha ido perpetuando las capacidades femeninas para la limpieza.
Anatómicamente el sexo femenino está mucho mejor preparado para este fin, debido a su estructura ósea, inducida a la vez por el hecho de que la mujer tiene un cuerpo preparado para albergar vida en su interior eso hace que la columna, las caderas, su tronco y sus extremidades estén mucho mejor preparadas para realizar las acciones que el cuerpo ejecuta para la limpieza. Entendamos limpiar, como un verbo amplio que ha ampliado sus acepciones, ya que debido a la era tecnológica la limpieza y su entorno ha aumentado multiplicando sus acciones, como un crisol limpiar, lavar, recoger, ordenar, cocinar, son algunos de los verbos que han ampliado el quehacer cotidiano.
En el aspecto psicológico es el ciclo menstrual femenino cada 28 días, confiere una disposición al orden y a la limpieza, que el hombre carece. Cada 28 días la mujer, debe mantenerse limpia debido a un hecho que lleva siendo así desde que el hombre está sobre la faz de la tierra. Este hecho es muy importante debido a que la fémina debe regular su conducta para regular su higiene, por razones de salud y de imagen. Debe realizar un acto de limpieza regular, lo que les confiere un entrenamiento psicológico ideal para la ejecución de las tareas domésticas.
Es verdad que el hombre tiene otras virtudes como la fuerza. Pero la fuerza bruta innata característica de los hombres no suele ser una virtud positiva para la limpieza ya que la fuerza suele venir acompañada de una impaciencia acuciante no muy recomendable para la realización de las tareas domésticas, a mayor impaciencia menor eficacia, es una afirmación científicamente demostrada en el mundo de la limpieza profesional. Además la sabiduría popular ya se encargó de crear un refrán, mas vale maña que fuerza y las mujeres están mágicamente dotadas de esa virtud. Es verdad que muchas veces tareas de complementarias al propia acto de limpiar, pongamos como ejemplo como mover muebles para limpiar tras ellos, o desplazar a través de espacios amplios grandes recipientes llenos de agua, han requerido una fuerza sólo posible en un hombre y por eso a veces han causado lesiones en mujeres delicadas. La solución viene de la manos de nuestros diseñadores muebles cada vez más ligeros y manejables, fregonas que casi no necesitan agua, casas mas pequeñas. Gracias a todo evitaremos esas molestas lesiones que muchas veces postergan en cama a la mujer privándole de realizar las tareas domésticas.
Además si realizamos una comparativa entre los momentos que dedica el hombre y la mujer a la auto higiene, vemos que la diferencia en cuanto a cantidades y calidades es notoria.
Ducha o limpieza general del cuerpo…….hombres y mujeres por igual. Aunque bien en verdad que el acto de lavarse la cabeza tiene una mayor duración en ésta, debido a la convención social de la mujer debe llevar el pelo largo. Aplicamos el mismo razonamiento al cepillado y peinado de un cabello excesivamente largo. Más y se me olvidaba destacarlo el aplicado generaliza de cremas y aceites por todo el cuerpo.
Limpieza tras miccionar y defecar ……más las mujeres sobre todo si están en su casa y utilizan bidet, lo que les confiere una potencia extrema en la piernas, para realizar acciones de recogida de juguetes y otros objetos caídos al suelo por azar.
Afeitado…………………………la mujer realiza el acto del afeitado, que se ha venido a llamar comúnmente depilación, que sirve de distinción del acto del afeitado realizado por los hombres, los hombres se afeitan la barba y bigote, y las mujeres se depilan barba y bigote, además de otras partes de su cuerpo como las axilas, piernas, entrepierna o ingles. El hombre que puede elegir la posibilidad de lucir una barba que le dota de una mayor virilidad, en cambio si la mujer si la mujer desea conseguir la feminidad que la dote de belleza y sensualidad debe hacer desaparecer de su cuerpo los pelos de su cuerpo sobrantes. El ejercicio físico que la mujer debe hacer para depilar todas las partes arriba nombradas le confieren una mayor elasticidad para realizar otros actos de limpieza, y otros rincones de la casa que exigen unas posturas más delicadas, como limpieza de ventanas, como limpieza de hornos o mueble bajos.
Maquillaje………Es un acto que rara vez el hombre realiza, exclusivamente el gremio artístico, que es muy reducido como para ser significativo. El hecho de aplicar maquillaje sobre la cara de la mujer y para después quitárselo, evitando toda valoración estética, conlleva unos de los actos más sofisticados e inexplicables de ensuciamiento y auto limpieza. Partimos de que este acto es voluntario y por lo tanto, ejecutado a voluntad de las propias mujeres, sin que ninguna presión externa las haya obligado a realizar dicho acto que única exclusivamente tiene un fin estético. Pero el hecho de sentir la obligación estética y social de sentirse guapas ha conseguido que desde tiempos ancestrales y hablamos de miles de años, la mujer haya tenido que manchar y limpiar su cara, creándole un hábito aplicable a cualquier tarea de limpieza, la mujer ha creado esa necesidad de limpiar.
Este hecho es de vital importancia para enterder la teoría científica de la que estamos hablando la mujer está mejor preparada que el hombre para la limpieza no sólo de casas u hogares sino de cualquier tipo de espacio público o privado. Las estadísticas los corroboran, ya que en el mundo laboral, el 85% por cierto de los seres humanos encargados de la limpieza y tareas del hogar son mujeres y sólo un 15% por ciento son hombres algunos de ellos con serios problemas de identidad sexual, lo que viene a constatar dicha teoría.
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